The Beatles Colombia

Para esos que nos sentimos como en Pepperland, hablando con la morsa, viendo al Sol salir, observando la lluvia caer, sentados en un jardin bajo el mar, recordando la noche anterior, diciendo que ella te ama. Y cuando la banda empieza a tocar, y si al final del tobogan quieres volver a la cima, alli sabras que todo lo que necesitas es AMOR.

martes, 20 de diciembre de 2011

1.One Shot. All Things Must Pass. Slash / GyP

Una oleada de calor azoto brutalmente el cuerpo tembloroso de Paul. El hecho de ver el maravilloso torso de George lo hacia estremecerse. Su cabello mojado y apenas una toalla en su cintura lo cubría, de pies a cabeza, no podía evitar imaginárselo sin esa toalla. Sus labios intentaban susurrar algo, pero algo les impedía pronunciar, su respiración se había acelerado junto con sus latidos. La espalada del pequeño Harrison estaba apuntando hacia el, mientras buscaba algo en la maleta para vestirse, insinuándole que lo girara, solo para verle a la cara. Y se volteo, sus ojos observaron fijamente los de Paul, con una sonrisa de fotografía a manos de George; se acerco lentamente y miro a Paul. Con sus pies bien aferrados a la Tierra se le puso enfrente y analizo al chico con pequeños labios.
-Hola Amiguito…-Le dijo despeinándole el “Mop Top”, a la vez que se acomodaba cuidadosamente su toalla, para evitar que cayese en el momento menos indicado.
Paul siguió en su misma posición, sin girar, ni hablar, ni pestañear. Si apenas respiraba era un milagro. Solo perdido en sus sucios pensamientos, con su compañero, con el que había pasado varios años.
-Dios McCartney! Cuando reacciones me hablas.-Agarro su ropa, cogió para el baño y de un modo un poco exasperado cerro la puerta tras el.
Que Diablos acababa de ocurrir?! No era posible, el con George y George con el, ambos abrazados, en labios del otro, con sus respiraciones a punto de morir, sus ojos mirándose uno al otro. Sus pensamientos hacia el eran prohibidos, eran ilegales, no era recibidos en las vidas de nadie, ni siquiera de la mismísima Reina. El flacucho aquel había provocado tal excitación en él, que no tenía la capacidad de creerlo. Pestañeo rápido, mientras sus ojos se humedecían y enrojecían; su mirada se ubico en esa puerta y en lo que podría estar pasando adentro.
Su cuerpo siendo rozado por sus ropas, su Georgie secándose el cabello, alborotado y castaño…Demonios! Lo estaba haciendo de nuevo! No podía evitarlo. El pomo de la puerta del baño giro, pero el ya no quería estar allí, pensando aquello de una persona tan cercana y amable como el. Cogió paso y salió a toda velocidad de la habitación, mientras George le gritaba.
-Paul!!! Oye Paul!!...PAUUUUL!- Su voz le valió un bledo, no podía cumplir sus sueños con el, con quien quería hacerlo; sus bases no lo dejaban. Pero aunque no debiese, no le importaría acariciarle la entrepierna, meter su lengua en la boca del chiquillo, tomar su cuello y recorrerlo levemente con sus labios…Estaba confundido, debía pensarlo. Salió del pasillo y se dirigió al segundo piso de los tres reservados para Los Beatles. Allí, en su habitación, se quedo, en la oscuridad, pensando lo que había pasado, imaginándoselo a el, con su irresistible cuerpo, sobre el suyo, pensando y organizando sus pensamientos. Por Primera vez, el Maduro y Decente Paul, ya no parecía tan tranquilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario